Trabajo. Debería adquirir un nuevo significado, por ejemplo, “te quedás sin vida” o algo así.
No sé. Haré el intento de emprender algo artístico pero no creo que pueda lograrlo. Por el silencio de estos dos meses, queda claro que mi espíritu y humor distan de encontrarse en las mejores condiciones. Ahora mismo estoy forzando la escritura para ver si no estoy oxidado. La furia me invade al darme cuenta cuántas horas pasan y todo el tiempo que se pierde y escurre entre mis manos como “agua que no has de beber”.
En fin, por ahí ando, perdido en medio del limbo y sin mucho que reportar salvo que comencé a estudiar nihongo (traducción: japonés).
Bueno, de vuelta al ciclo maligno de la esclavitud conocido como trabajo full-time. ¡DIOS ME SALVE!